En un principio, el ANI fue desarrollado para predecir la incidencia de una reacción hemodinámica (que se define como un aumento de la frecuencia cardíaca y/o de la presión arterial en más de un 20%) bajo anestesia general. Sin embargo, nuestra tecnología ha demostrado también su fiabilidad con los pacientes conscientes en la sala de recuperación, reanimación o preanestesia. Varios estudios internacionales han demostrado la capacidad de predicción del ANI y han revelado que el ANI disminuye de manera significativa 5 a 8 minutos antes de la aparición de la reacción hemodinámica (Boselli et al, Minerva Anestesiol, 2014).
A día de hoy, los resultados de las publicaciones permiten concluir que:
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En los pacientes inconscientes (por ejemplo: bajo anestesia general), los valores meta se sitúan entre 50 y 70. Un ANI inferior a 50 corresponde a una insuficiencia de opioides y predice una respuesta hemodinámica; mientras que un ANI superior a 70 lleva a concluir que se ha administrado una dosis excesiva de opioides.
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En los pacientes conscientes, el ANI indica el dolor agudo y el nivel de estrés. Los valores meta se comprenden entre 50 y 100, mientras más el ANI se acerca a 100, más óptimo es el bienestar del paciente.